Somos conservadores. Esto significa que preferiríamos que todo siguiera como está. Pero la realidad es otra. Cada vez son más los ayuntamientos que sufren una dramática presión de costes y, además, se ven agobiados por los burocráticos requisitos federales y estatales de protección del clima.
Cuando se produce una transición energética regional, a menudo se pasa por alto a la población y a la comunidad local.
Como resultado, la población local no se beneficia de la energía producida a bajo precio. La conducción, la calefacción y la electricidad siguen siendo caras e inseguras. La gente ve una turbina eólica o un sistema fotovoltaico y no siente alivio en el bolsillo, ni seguridad, ni comienza una modernización seria de su ciudad.
Hay otra manera.
La mayor oportunidad para la prosperidad futura es pensar ahora en lo que necesitamos localmente, cómo podemos reducir los costes energéticos y cómo podemos tomar la transformación en nuestras manos.
Empezamos "a pequeña escala". Te apoyamos como responsable para hacer de tu municipio un lugar mejor.